Conflictos en el tiempo CxA SxR HxK KxA

Bueno uno de mis fics, es la primera vez que quedo conforme con lo
que escribo, espero que esta vez alguien me deje un post. Espero que les guste, tiene mucho
misterio, y haber las parejas son Conan x Ai, Shinichi x Ran (Conan y
Shin son personas diferentes), Kaito x Aoko
y Heiji x Kazu. Se llebaran algunas sorpresas, y espero que alguien me
comente porque si no no seguire poniendo y me dejen sus opiniones.


Capitulo 1

Las
noches eran cada día más frías y extensas, el solo salía unas pocas
horas al día tanto en invierno como en verano. Todo parecía congelado,
el hielo lo cubría todo, ni un río sin congelar, ni una sola cosecha
quedaba ya, la helada la había matado hacía ya unos cuantos años. El
esplendor del antiguo Japón yacía casi olvidado. Hace un siglo el mundo
había cambiado, algunos se lamentaban por la forma que sus antepasados descuidaron al planeta, pero eso solo era un factor, una parte de la verdad, y el resto permanecía oculto y misterioso.

Él
único lugar habitable de Japón era el distrito de Beika, un campo de
protección los mantenía aislados del frío, y otros inventos ayudaban a
conseguir alimentos, agua potable, y las materias primas necesarias
para una vida medianamente normal, ya que simplemente la población no
podía darse los lujos de antaño. Pero había gente que no quería
entender que para sobrevivir se necesitaban él uno al otro, la gente se
peleaba por algunas posesiones de valor, solo les importaba
enriquecerse. Había otra gente que no lo hacía, gente que solo quería
paz. Pero sin embargo no tenían la suficiente fuerza para lograr
hacerse con ella; En cambio la pequeña minoría luchaba con todas sus
fuerzas para un futuro mejor, y otros para arreglar los antiguos
errores del pasado.

En
Beika había dos casas que sobresalía, una por ser una mansión, muy mal
cuidada, pero en fin, una mansión, el nombre de la familia seguía
intacto a pesar de los años, Kudo, eso era lo que decía. Y la otra en
cambio era por lo disparatada, la casa de un científico loco, del
“mejor científico del mundo” según él. Pero además de disparatada por
los robots e inventos algo, (demás según algunos) locos. Era
muy desordenada, y descuidada, sobre todo dentro, donde las piezas
mecánicas, los libros sobre robótica y otros como “Grandes inventores
del mundo contemporáneo”, estaban apilados por doquier. Una
niña entro despacio al cuarto. Suspiro al ver el desorden, y bastante
molesta con el viejo, y comentando entre dientes algunas cosas
bastantes desagradables hacía el viejo científico loco y sobre su
descuidada manera de ser.

Ella
tenía unos siete años, aunque su personalidad, inteligencia y madures
era como la de una adulta. Sus ojos marrones, denotaban seguridad en si
misma, agudeza e inteligencia. Su pelo era castaño, y vestía un vestido
chino, y arroba de ello una bata de laboratorio. La niña científica se
llama Ai Haibara.

Cuando
el profesor regreso de su acostumbrada revisión del campo de
protección, vio todo tan limpio y reluciente que se quedo asombrado. El
profesor se llamaba Hiroshi Agasa.

- Ai-chan, tu sola hiciste todo esto?- Pregunto asombrado, ella lo miro con cara de querer matarlo.
- Si
ud. no fuera tan descuidado, desordenado y des prolijo, no me vería
obligada a hacer de sirvienta.- El solo río algo avergonzado.
- Y Conan-kun?- preguntó Agasa, miró a la niña, y se respondió. Esta en la casa de los Kudo cierto?

Mientras
tanto en la antigua mansión el niño había logrado colarse y entrar en
la mansión como solía hacer siempre. Era su lugar favorito, era
místico, sentía que algo lo llamaba y atraía a ese lugar. La enorme
biblioteca era sin duda el mejor y más misterioso lugar, a los libros
se le pueden considerar mágicos, contienen miles de
memorias, millones de historias y eso lo fascinaba. Sobre todo los
libros de misterios, se sentaba siempre que podía a leer y hasta que no
terminara no paraba, y más aún los de un tal Yusaku Kudo.

Pero
ese día en la biblioteca, se dio cuenta de algo extraño al mirar el
antiguo escritorio de madera. Lo habían movido unos cuantos
centímetros, y ante sus ojos eso era mucho. Se acerco a
él despacio esperando encontrar al responsable de ello. Y allí lo vio,
en el suelo había un muchacho desmayado. Su corazón latía a mil por
hora, pero se calmó, trato de despertarlo lo más delicadamente posible.


El muchacho lentamente abrió los ojos, se apresuró a levantarse…

- Será
mejor que no te levantes, tu cuerpo estaba algo herido y podría abrir
tus heridas.- Ai Haibara comentó, y miró divertida al muchacho revisar
sus vendajes. Conan entró corriendo al ver que el desconocido despertó,
se le tiró encima desconcertando a todos.
- ¿Quién
eres?, ¿De donde vienes?, ¿Qué hacías en la biblioteca de los Kudo?...-
el muchacho perplejo por el bombardeo de preguntas, solo negaba con la
cabeza. - ¿Quién
soy?- se preguntó. La memoria del muchacho de ojos azules estaba en
blanco, aunque se esforzaba por recordar, solo logro desesperarse y
ante el continúo dolor que le provocaba el intentarlo, se desmayo.

:x3: :x3: :x3: :x3: ohhhh venga la conti!!!! k emocion!!! me ha dejao con la intrigas!!!!! xDDD


me gusta sigues conti|!!!1!!!!!


saludos


atte: Ran_chan :x3:

Esta muy bien!! Para ser el primer capitulo me ha gustado mucho! Espero la continuación

Xime!!!! venga kiero la contiiii!!!!!!! :x3: :x3: :x3:

lo lei en otro foros!! pero sigo gustaandome sigues!!! conti !!!


Atte: Ran_ chan :x3: :x3:

Dejo conti^^.






Capitulo 2





Una semana había ya
pasado, el joven por recomendación del profesor Agasa se había mudado a la
mansión y Conan se fue con él. Conan pasaba horas en la biblioteca, mientras
que el otro dormía profundamente en su “nueva” habitación.





En la biblioteca de la
casa, Conan repasaba libro por libro, sobre todo los de ese tal Yusaku
Kudo, si sus cálculos no fallaban alguna
vez ese prestigioso escritor vivió allí. Y si eso era cierto tenía que buscar
las pistas que lo relacionaran con aquel joven. Cerró uno de los libros del
escritor, ya bastante cansado de buscar, y se sentó en el escritorio, mirando
hacía donde encontró al chico. Algo extraño había en todo eso, podía sentirlo,
bajó de un salto del escritorio y empezó a revisar el piso, cuando una luz que
provenía desde el suelo lo cegó, ya los pocos minutos la luz desapareció, pero
Conan ya no estaba allí.





En Beika dos pandillas
rivales enfrentadas era sinónimo de destrucción, y de temor para los
indefensos, ya que antes de la llegada de los nuevos jefes de ambas pandilla
también significaba muerte.





Una de esas pandillas se
llamaba “Furinkazan”, su líder era un
joven llamado Kuroba Kaito, sus ojos eran azules, su pelo negro alborotado, todo
en él demostraba confianza, seguridad y ante todo picardía; al menos un poco,
pero también era algo pervertido, travieso, divertido. Era el mejor ladrón del
mundo, y el mejor mago también, sin embargo el otro líder también era muy bueno
en su trabajo, “él detective de pacotilla” le solía llamar. Heiji Hattori, era
moreno, sus ojos verdes, y era confiado, divertido, orgulloso, y tenía ese aire
de decir “yo soy el mejor”. Y su pandilla se llamaba “Poirot.”, en honor a Agatha Christy.





Ambos habían llegado tres
años atrás, habían cambiado la dignidad de las pandillas, antes solían matar
por lo que querían, ahora lo máximo que podía haber era un herido, pero no
mucho más que eso.





Ya era de noche, todos
dormían profundamente. La ciudad comenzó arder lentamente, los gritos de las
personas pronto se empezaron a oír. Hombres tan malvados, y tan oscuros como la
ropa que vestían, se camuflaban en la sombra, esperando la orden de secuestrar
a sus objetivos en cuanto huyeran.





Kaito, se despertó entre
el humo, se levanto lo más rápido posible, se apresuró a la salida y se dispuso
a salir, cuando percibió desde la ventana una sombra negra, ya no lo agarrarían
por sorpresa.





-
Solo espero
que no atrapen a los detectives de pacotilla.- se dijo, y salio corriendo.





Conan miraba a su ciudad
quemarse desde el espejo de la diosa, no podía evitar llorar, viendo como el
lugar donde creció se convertía en un montón de cenizas, y ¿el joven? ¿y el
profesor? Pero sobre todo ¿Y Haibara? ¿Qué había sucedido con ellos?.








- No te preocupes el
profesor viene en camino con Haibara, y el joven Kudo –contesto la mujer.





Se encontraban en un lugar donde el ambiente
era totalmente libre de contaminación y el clima estaba cuidadosamente
templado, era perfecto. La casa era una pequeña cabaña de madera, simple pero
acogedora. Allí vivía una mujer, la diosa del espacio-tiempo.

Ok gracias por comentarme dejo todo lo que tengo hasta ahora^^.

Capitulo 3



Minutos después llego el profesor cargando a Kudo en brazos. Haibara a su lado caminaba lentamente hacía la casa, ninguna emoción se reflejaba en su rostro, ni preocupación ni lastima por lo que en esos instantes estaba ocurriendo en la ciudad, más bien parecía casi sin vida, como si le hubiesen arrancado algo importante. El profesor suspiró al verla, sabía perfectamente lo que le sucedía, después de todo, no había logrado proteger a su mejor creación. Antaño él había sido por lejos el mejor inventor, antes de que el frío sacudiera el mundo, él había creado los primeros androides que pensaban, sentían, amaban, en conclusión personas robotizadas. La gente comenzó a temerles y los destruyeron a todos. Pero un día un padre desesperado llego suplicándole al profesor…



Los recuerdos del profesor sobre el tema, se vieron interrumpidos, Conan llego corriendo hacía ellos, se dispuso abrazar al profesor, pero este, al tener los brazos ocupados con Kudo, entendió que no debía abrazarlo. Así que finalmente miró a Haibara, sabía que si la abrazaba ella se encargaría de matarlo, pero notó que algo extraño le pasaba. Ella se apretó el corazón y a continuación comenzó a gritar del dolor. Conan se apresuró a sostenerla, y se desplomo rápidamente en sus brazos.



Al atardecer el pueblo ya se había reducido en cenizas, los aldeanos que sobrevivieron fueron tomados de rehenes, entre ellos se encontraba Hattori Heiji, mantenía su cara encapuchada, esperando la oportunidad de escapar y sabía que ante ellos no podía hacerse el héroe y debía aprovechar para escapar en cualquier distracción de ellos. Simplemente ese lugar sería borrado, el tiempo sería eliminado, ellos pronto causarían un desorden en el espacio-tiempo, que es lo que buscaban esos hombres nadie de los que los casaba lo sabía exactamente, salvo Kudo Shinichi, su mayor rival en deducciones. La cuestión que Hattori todavía no entendía era ¿Qué relación tiene Kudo con esa organización? Y ¿quien era su mejor amigo en realidad?. Un siglo atrás, habían sido los mejores detectives de Japón, los mejores amigos, y los mayores rivales, y todo era normal hasta que ellos aparecieron, no tuvieron más alternativo que empezar ese maldito viaje…



Mientras que Kaito, desde las alcantarillas buscaba a Hattori para marcharse de allí lo más rápido posible. Lo halló cerca de donde estaba.



- ese idiota se dejo atrapar- se dijo.



Unos minutos después blancas palomas comenzaron a salir desde el subsuelo, creando una distracción, Hattori se apresuró y corrió hacía donde deducía, estaría ese tonto mago ladrón.



Capitulo 4



Una dulce doncella suspiraba mientras recostada en su cama, se abrazaba a su espejo ya empapado por las lágrimas que caían desde su rostro.



Próximamente sería una diosa, y no cualquier diosa, sino la de la justicia. Que tristeza sentía, su corazón había sido robado cruelmente aquella vez en el mundo humano. Pero no por cualquier humano, un tonto ladrón obsesionado con robar la lanza sagrada de los dioses. La lanza que pronto quedaría a su cuidado, y la que contenía piedras preciosas capases de entregar la eterna juventud, entre otras cosas.



Pero no era solo eso lo que le preocupaba y entristecía a la chica, el recuerdo de lo que paso aquella vez, si no mal recordaba fueron dos jóvenes dioses. Poco sabía de ellos, solo que habían abandonado sus deberes al haberse enamorado perdidamente de dos jóvenes humanas.



No era que estuviese prohibido, pero sus compromisos ya habían sido arreglados, no solo por sus padres, sino que ellos habían aceptado. Y más tarde huyeron sin decir nada, simplemente desaparecieron y dejaron todo atrás.



Ella no lo veía como su padre, ella pensaba en el valor que tuvieron para enfrentarse al mundo por sus sentimientos, un valor que ella no tenía. Y su padre los veía como a dos idiotas, y que solo por ellos el tercer hermano sufrió las consecuencias de sus actos.



Su padre sentía terror por ello, su cuerpo sentía escalofríos con solo pensar en la furia de su padre si la historia se repitiese con ella, tan solo por eso la había comprometido sin su permiso, y sin derecho a replica debía casarse.



- Aoko-neechan- fue llamada por el espejo. Era uno de esos espejos mágicos, pero no como en los cuentos, estos eran útiles. Con el podía ver si le decían la verdad. Solo ella lo podía utilizar, y era la única que sabía las reglas para que funcionase. Y servía de comunicador con el espejo de Yukiko, la diosa del espacio-tiempo.

- ¿Qué quieres?-le grito algo nerviosa.

- Yukiko quiere hablar con…

- Lo hubiese dicho antes, boba- lo dijo mientras apresuradamente se secaba la cara. La imagen de la diosa enseguida apareció en el espejo, y Aoko le presto atención.

- Aoko-chan, Kuroba va en camino para allí- la sola idea de ver a Kaito su rostro se ilumino- ¿puedes ocultarlo?- y sin esperar el si, desapareció. Y ella rápidamente salió a hurtadillas de la casa

.



Yukiko miraba a través de su espejo como la alegre Aoko iba a buscar al amor de su vida, si tan solo fuera tan sencillo. Pero el amor entre los dioses y los humanos nunca terminaban bien. Sus hijos eran la prueba viviente de ello, de que ese tipo de amor estaba maldito, llena de dolor y sufrimiento. Y el recuerdo del estado en el que se encontraban sus hijos, la hizo llorar y perder su característica estabilidad emocional.

Capitulo 5



Hacía ya una hora de que se habían separado de la cabaña de la bruja, Conan y los otros se encontraban ahora en el año 2013, habían viajado en el tiempo tal y como les había ordenado aquella extraña mujer.



Heiji se encontraba encantado, podría volver a verla, ver a su Kazuha. Aunque sintió miedo, mucho miedo, si no mal recordaba tres años antes había abandonado esa época, ¿Y si Kazuha estaba con otro?,¿si no lo perdonaba?... Muchas preguntas de ese estilo vagaban por su mente, y se alegro al menos un poco de que no la tuviese tan difícil como Kudo.



Poco a poco, los recuerdos de Kazuha fueron suplantados por el de aquellos a quienes buscaban. Intento recordar con lujo de detalle todo lo sucedido.



“(…) blancas palomas comenzaron a salir desde el subsuelo, creando una distracción, Hattori se apresuró y corrió hacía donde deducía, estaría ese tonto mago ladrón.



Al percatase de que uno de los rehenes se escapaba, los hombres comenzaron a seguirlo, sin piedad alguna comenzaron a disparar contra todo lo que se moviera. Sus armas eran extremadamente extrañas, ni él encontraba palabras para describirlo. Pero todo lo que tocaba desaparecía sin dejar rastros.



Se apresuro en bajar a las alcantarillas, con un tipo siguiéndole desde muy cerca. Corrió lo más rápido que podía, el tipo se le acercaba y disparo. Heiji cerró los ojos sabía que era su fin, contra esas armas era imposible sobrevivir, y con la distancia que los separaba el kendo no servía de nada, “Kuroba me las pagaras” pensó, por que sentía que lo había mandado a la guerra con un grisin. Pero el disparo nunca llego, miró hacía atrás con cara de miedo, al observar al escena se molesto. Kaito estaba ahora a su lado muriéndose de risa, con el disfraz todavía puesto, salvo la mascara.



- Que cara jajajaja, que riza ajajajajajajaja. – siguió riéndose por el camino, Heiji le gritaba por inconciente, y mirándole con ganas de matarlo, pero él seguía riéndose. Pero el ruido de pasos resonaban por todo el lugar y no tardaron en descubrir que los habían atrapado.



Capitulo 6



- Mierda- dijeron al unísono y comenzaron a correr, pero fue en vano, ya los tenían rodeados. Eran al menos unos cien hombres, uno de ellos se les acerco

- Valla, valla, valla miren a quienes tenemos aquí- dijo una mujer con una sonrisa macabra en su rostro pálido, el color de su pelo era un negro de lo más oscuro, y su vestido negro, bastante extravagante, resultaba una imagen extremadamente siniestra y extraña ante los ojos de Heiji y Kaito; sin olvidar malvada, astuta e inteligente. Kaito sintió que el mundo se le vino a los pies, esa maldita había acecinado a sus padres, como olvidar su cara inmunda, su pelo grasiento y esa sonrisa que asqueaba e inspiraba terror. Y aún más rabia le daba el no ser capaz de enfrentarse a ella, después de todo sabía por Aoko quien era ella en realidad; le enfermaba el hecho de que fuera totalmente invencible, y no ser lo suficiente mente fuerte como para al menos llegarle a los talones, y poder reclamar entonces, ante los dioses que hicieran falta, a Aoko como su legitima esposa.



Heiji miraba el aterrorizado rostro de Kaito, sin lograr comprender del todo, solo sabía que esa mujer era peligrosa. La mujer comenzó a reírse por la cara de Kaito, se acerco a él, y le levanto el mentón con una de sus manos. Kaito se sintió asqueado y un escalofrió le recorrió el cuerpo, pero la dulce voz de Aoko le dio fuerza y valor.



- Quita tus sucias manos de encima- grito con un ataque de furia, y se sintió capaz de vencer a esa maldita mujer, “si muero lo haré luchando” se dijo a si mismo. La mujer se río sonoramente.

- Eres igual a tu despreciable que tus padres

- Tu asquerosa boca no tiene derecho a nombrarlos siquiera- gritó enfurecido. Ella lo miro con su cara más tenebrosa.

- Me pregunto si tu carne será igual de sabrosa que la de ellos- se relamió los labios con la lengua y continúo- o si te volverás loco como tu madre mientras observaba como mataba a tu padre- ser río malignamente observando como la ira de Kaito aumentaba, y como Heiji lo sostenía para que no se abalanzara contra ella, mientras ideaba algún plan para escapar. Uno de los hombres se acerco con temor a la mujer y le comentó algo que no pudieron escuchar.

- Es una lastima, espero que me den de premio el poder devorarte, cariño- comentó mirando a Kaito.



Heiji no veía escapatoria, pensó un momento en Kazuha y volver a verla, y por fin decirle lo que sentía por ella, aunque en ese momento dudaba si sus deseos se cumplirían. La furia de Kaito no lo dejaba pensar, ni el recuerdo de Aoko que siempre lo tranquilizaba, surtía efecto, el deseo de matar a esa desgraciada arpía era más fuerte que su amor por Aoko.



Capitulo 7



La mujer hizo una seña a sus hombres para capturarlos, Heiji trago saliva sonoramente, miró a sus alrededores, no veía ninguna posibilidad, solo estaban ellos contra veinte personas más o menos. Miró a Kaito, su característica sonrisa lo delataba, algo pretendía. Aunque estuviese en un mal momento para sentir envidia, realmente esta lo carcomía, él siendo el mejor detective del mundo y rival de Kudo, como era posible que se hubiese dejado llevar por el miedo. Sobreponiéndose al miedo, volvió a ser el mismo chico inteligente e impulsivo de siempre. Tanto Heiji como Kaito se lanzaron a la vez contra sus enemigos, ambos con una sonrisa de diversión en sus rostros, llenos de confianza, y dispuestos a todo, los enemigos caían uno tras otro. Después de todo eran unos inutilices incompetentes.



Ella sonrío con malicia, su cuerpo comenzó a mutar, ante la mirada atónita de Heiji; la ropa se rasgo ante la presión de lo que a heiji le pareció una enorme serpiente verde, pero para su sorpresa resulto que tenía dos cabezas, una en el frente y la otra donde estaría la cola si fuese una serpiente, sus brazos se habían convertido en dos patas de pollo y grandes alas con plumas. Ella era una Anfisbena, una criatura con propiedades regenerativas, sus colmillos eran mortalmente venenosos, y podía realizar varías tareas a la vez, su velocidad era asombrosa y a diferencia de los reptiles tenía sangre caliente.



Heiji y Kaito salieron corriendo desesperadamente, pero la Anfisbena era diez veces más rápida que ellos, los acorralo rápidamente con su cuerpo. Ahora si se creían perdidos. Una flecha proveniente de la oscuridad, inmovilizó a la Anfisbena, dejando a los chicos unos minutos para escapar, y no perdieron ni un minuto. Salieron corriendo hacía done provino la flecha, y allí encontraron a un chico de su edad, el color de su pelo era de un castaño bien claro, su ojos eran de un color miel, kaito hizo una mueca de desagrado ante su presencia.



- ¿Qué sucede Kuroba?, hubiese dejado que te mataran si no me hubiesen pedido que recatase a dos nenitas asustadizas.

- Cállate pomposo…- Kaito siguió maldiciendo por lo bajo.



Una hora después llegaron por fin a destino, bastante cansados como para hablar se despidieron con mucho gusto del “pomposo”, y entraron en la acogedora cabaña de la diosa. Dentro habían dos camas, en una de ellas se encontraba una niña, y en la otra Kudo, ambos durmiendo. Heiji se acerco lentamente a la cama, de kudo, pero un señor regordete les pidió con señas que lo siguieran a la siguiente habitación. Allí se encontraba la diosa y un niño jugando al “Tibia”. La diosa levanto la vista, miró profundamente en los ojos azules de Kaito, estuvo un rato así hasta que por fin hablo.



- Cariño, podemos terminar el juego más tarde- le pregunto a Conan, él asintió con la cabeza y salio de la habitación sin decir ni una sola palabra. La diosa les hizo una seña para que se sentaran, y así lo hicieron.

- Tuve que enviar al dios de la guerra a rescatarlos, Clantis, la Anfisbena- explico y prosiguió- ha regresado con su amo, la próxima vez que se encuentren con ella, no podré pedirle a Hakuba que los rescate- paró y sonrío divertida por la mueca de desagrado de Kaito- la situación es cada vez más grave, el espacio tiempo es un frágil reloj de arena, si alguien lo rompe todo se desmoronara e incluso la existencia del mundo de los humanos…

- Esos sujetos ¿quienes son? ¿Qué buscan con eso?- pregunto Heiji

- Dioses renegados, demonios olvidados, criaturas y monstruos con sed de sangre y venganza, liderados hábilmente, e inteligentemente por su líder, además de controlar una organización secreta en el mundo humano. Deben de tener cuidado, porque yo no podré ayudarles mucho desde ahora. Kuroba tu irás a ver a tu amada diosa, más tarde te explicaré que hacer.- Ella toco una pequeña campanita de oro, y una joven sirvienta llamada Marta llegó enseguida.

- Llévalo con Christian, por favor, yo ya le explique la situación.

- Si ama- contestó Marta, e hizo que Kaito lo siguiera por una puerta.



Yukiko ahora centró su atención en Heiji y volvió a hablar:



- Se que sos un buen amigo de Shinichi, ahora que él perdió la memoria, tendrás que estar más cerca de él que nunca, regresarán en el tiempo e intentaran evitar y averiguar que es lo que traman la organización. Con ustedes llevarán a Conan…

- A ese niño, podría entrometerse en nuestros planes…

- Él tiene otra importante labor que cumplir para que esa niña no muera, él es igual de inteligente que Shin cuando era niño. (…)”